martes, 4 de diciembre de 2012

POLÍTICAS MACROECONÓMICAS E INMIGRACIÓN EN SAN LUIS


Ana María Liberali



Introducción

Las políticas macroeconómicas llevadas a cabo en la Argentina, han generado diversos impactos tanto a nivel social como territorial en los diferentes ámbitos provinciales.
En este trabajo tomaremos como análisis de caso a San Luis por haber sido receptora de inmigrantes de diferente origen y condición social a lo largo de toda la historia argentina.
En una primera etapa, durante el modelo agroexportador, la provincia recibió inmigrantes europeos, predominantemente del sur, al igual que gran parte del territorio nacional.A mitad del siglo XX, al insertarse como dadora de materias primas para la industrialización sustitutiva de las importaciones de carácter nacional, resurge el ingreso de europeos, sumándose árabes y limítrofes.
En la década del 80, a partir de la promoción industrial, se concentran en las localidades de Villa Mercedes y Justo Daract trabajadores tanto de países limítrofes, como de las provincias del norte argentino y del interior de la propia provincia.
Y hacia fines del siglo XX y comienzos del actual, en especial a partir de la crisis de 2001/02, familias de nivel socio-económico medio y medio alto de Buenos Aires y de otras grandes ciudades del país, invierten en la Villa de Merlo en actividades turísticas.
Es así como el crecimiento de las localidades mencionadas es sumamente elevado, presentándose diferentes conflictos entre los descendientes de los inmigrantes de las etapas anteriores y estas “nuevas sociedades”.


Los Europeos del Modelo Agroexportador

En 1853, desde el Preámbulo de la Constitución Argentina, carta magna que orientó las macropolíticas imperantes, se impulsaba a que el territorio argentino recibiera fuerza de trabajo blanca que permitiera reemplazar a quienes ya no existían o no estaban dispuestos a trabajar para el modelo de exportación agropecuario que se vinculaba en forma directa con Inglaterra.
Es así que nuestro país da ingreso a quienes dejaban la Vieja Europa, sumida en ese momento, en la mayor pobreza por agotamiento de los suelos y la imposibilidad de incluir a todos sus habitantes en los modelos industriales de algunas de sus regiones. Por otra parte, en el transcurso de una etapa tan extensa, que llega hasta la crisis de 1930, se suceden diferentes contiendas, incluida la primera guerra mundial.
La mayor parte de los inmigrantes provenían de Italia y España, pero no faltaron los de otras nacionalidades europeas y de países árabes.
Si bien el centro de la producción-exportación era la región pampeana, las otras regiones se incorporaron al modelo como periferias de la primera. Las provincias de Cuyo, entre ellas San Luis, recibieron lo que se dio en llamar inmigración residual, destinada a la producción de bienes que no serían destinados a la exportación sino los demandados por el nuevo mercado interno que se estaba formando en el área portuaria.
Es así como San Luis produce ganado y ciertos cultivos, como el olivo, entre otros, con destino al litoral fluvio-marítimo. Contaba con el ferrocarril que continuaba hacia el oeste, que hizo posible la comercialización de los productos, generándose asentamientos alrededor de sus estaciones. Villa Mercedes se ve favorecida por su condición de nudo ferroviario hacia Buenos Aires.
Por esta razón, italianos y españoles, como en otras áreas del país, se radicaron tanto a nivel urbano como rural. Entre los grandes promotores de las industrias del vino y del aceite de oliva tanto en San Luis como en Mendoza y San Juan, puede mencionarse al véneto Antonio Tomba.
Entre 1895 y 1914, la tasa de crecimiento ascendió al 42,7%, la más alta de la historia de la Provincia.
En este período también alcanzó el mayor peso relativo respecto de la población total del país. En 1869, con 53.294 habitantes representaba el 2,9%; en 1895, con 81450, disminuía al 2,0%; y en 1914, con 116266 habitantes, apenas llegaba al 1,5%.
Paralelamente, el año 1914 representa el momento de mayor porcentaje de población extranjera en la Provincia.


La Industrialización del Litoral.
Los que llegan y los que se van

El modelo de industrialización sustitutivo de las importaciones se desarrolló en la Argentina entre los años 1930 y 1975 aproximadamente.
Como en la etapa anterior, y por consecuencia de la infraestructura tendida para la exportación de materias primas pampeanas, la localización de la industria nacional coincidió con la mayor área portuaria del país, generando una mayor concentración económica y demográfica en el cordón Rosario – Buenos Aires – La Plata.
Todas las demás regiones nuevamente quedan supeditadas a las demandas de la región pampeana que cuenta con más del 70% de la población del país.
En esta oportunidad, la provincia de San Luis, tal como ocurriera con muchas otras, se caracteriza por el ingreso de migrantes provenientes de Europa (Italia. España, Yugoslavia, Polonia, Alemania), de países árabes (Siria) y comienzan a crecer los limítrofes (Chile, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Brasil); pero a la vez, expulsa a su población nativa, en especial de las áreas rurales, hacia Buenos Aires, Mendoza y Córdoba.
Tenemos aquí que la tasa de crecimiento intercensal entre 1914 y 1947 es del 42,4%, conservándose los valores del período anterior. Esto responde tanto a la última etapa del modelo agroexportador como al ingreso de los migrantes europeos mencionados.
Sin embargo, a partir de la segunda parte de la década del ’40, cuando el aporte extranjero merma y la población nativa acelera su éxodo hacia las grandes ciudades, las tasas de crecimiento apenas llegan al 5,3% entre 1947 y 1960, y al 5,2% entre 1960 y 1970.
Partiendo de 165546 habitantes en 1947 y ya habiendo disminuido respecto de la etapa agroexportadora, San Luis representaba el 1,0% de la población total del país. En 1960, la población es de 174316, bajando su peso relativo al 0,9% para llegar a 1970 con 183460 habitantes, sólo el 0,8% del total nacional.
El proceso de urbanización que aumenta de forma acelerada en la región pampeana se manifiesta también en las demás regiones, y este caso no es la excepción.
Los inmigrantes europeos y árabes, tampoco tuvieron destino rural, sino que se trataba, en su mayoría, de población urbana que había abandonado sus países escapando de las guerras, por persecuciones políticas o crisis de la economía urbana. La mayor parte de ellos se dedicaron al comercio, a brindar diferentes servicios o a la producción artesanal de bienes demandados por la población local.
En el momento en que el modelo de industrialización porteño entra en crisis (década del ’70), y que no demanda  fuerza de trabajo desde el interior del país, se produce una especie de retención forzada dentro de la provincia de San Luis, que se manifiesta a través de una tasa de crecimiento del 16,9% para el período intercensal 1970-1980.


La Promoción Industrial y el Crecimiento Concentrado

A fines del año ‘82 se implementa la Ley 22702 de Promoción Industrial que constituye la extensión para San Luis y Catamarca, de la Ley 22021 de aplicación para la provincia de La Rioja[1]. De todas ellas, la que tuvo mejor éxito fue, sin lugar a dudas, San Luis, donde los empleos industriales crecieron entre 1974 y 1985 en más de un 115%.
(…) “hasta 1974 la ocupación industrial de San Luis representaba apenas el 10% de la ocupación industrial de la provincia de Mendoza. Ya en 1985, luego de tres años de vigencia de la ley de promoción industrial la ocupación industrial de San Luis representaba el 18% de la producción industrial de Mendoza y en 1994 este porcentaje se había elevado al 60%. Entre 1994 y 1974 la ocupación industrial de San Luis aumentó un 431% mientras que en la provincia de Mendoza la variación fue negativa en un 34%. Los datos no permiten afirmar que la declinación industrial de Mendoza sea consecuencia del éxito industrial de la provincia limítrofe de San Luis, pero sí permiten afirmar que el crecimiento industrial de San Luis se debe fundamentalmente al inicio del régimen de promoción industrial.” (Donato, 2002).
Pero si bien la promoción consideraba por igual a todo el territorio provincial, la Ciudad Capital, Villa Mercedes y Justo Daract concentraron la totalidad de las localizaciones. [2] Esto se debe a contar con la mejor posición geográfica relativa a los centros de consumo debido a estar situadas sobre la ruta nacional nro 7 que las conecta con los mercados de Buenos Aires y Mendoza.
Esta etapa fue altamente demandante de fuerza de trabajo que provino de otras provincias, en especial desde el norte, de inmigrantes limítrofes y de los demás departamentos, produciendo un real vaciamiento de todo el sur provincial.
El personal jerárquico y calificado de las empresas, provino de las grandes ciudades, en especial de Buenos Aires. Muchas veces, “este personal retorna a sus lugares de origen semanal o quincenalmente, por no haberse radicado con sus familias. Los operarios no calificados, en cambio, provienen de áreas vecinas o del interior de cada provincia. Estos trabajadores son procedentes, en buena medida, de zonas rurales, en las cuales queda parte de su familia a cargo de las tareas agrícolas o pastoriles que tradicionalmente contribuyen al sustento del núcleo familiar.” (Liberali, Morina y Velázquez, 1989)
La tasa de crecimiento demográfico entre 1980 y 1991 ascendió al 33,6%. Partiendo de una población de 214416 habitantes en 1980, que representaba el 0,8% del total nacional, se llega a 286458 habitantes en 1991 (con un peso relativo del 0,9%), y a 367933 en 2001, volviendo al 1,0% del año 1947.
Pero la distribución del crecimiento poblacional no fue homogénea tanto desde el punto de vista territorial como del social.
Entre los años 1980 y 2001[3], la ciudad de San Luis aumentó su población en casi un 120%, Villa Mercedes[4] la duplicó y Justo Daract, la llevó a un 50% más. Si bien esta última localidad creció en menor proporción, el impacto socio-económico fue más fuerte comparativamente que en las dos ciudades mayores. Un “fenómeno fácilmente observable es el cambio de las relaciones entre individuos, las que comienzan a ser algo más distantes, menos personales. Esto es consecuencia, en parte, de la obligatoriedad de cumplir horarios rigurosos, lo que conduce a la separación entre tareas laborales y el resto de las actividades. Muchos habitantes locales han ido pasando de alternativas laborales variables a rigideces antes desconocidas.” (Liberali, Morina y Velázquez, op. cit.)
Por otra parte, la concentración y el crecimiento acelerado se desarrollaron en tan corto plazo, que la demanda de infraestructura de servicios estaba por encima de las posibilidades de cobertura inmediata. “La infraestructura educativa también marcha rezagada respecto de la dinámica poblacional. A pesar de la construcción de algunas escuelas se ha deteriorado la calidad del servicio, por el aumento de relaciones alumno/ aula y por ende alumno/ docente.” (Liberali, Morina y Velázquez, op. cit.).
Sin embargo, la provincia, por primera vez en su historia, tiene un saldo migratorio altamente positivo y los niveles de empleo, se hallaban entre los más elevados del país.
Con el cambio de política industrial, gran parte de los establecimientos dejan la Provincia, quedando un elevado número de trabajadores en la calle y una infraestructura demasiado expandida para los nuevos requerimientos. Como respuesta inmediata, la tasa de crecimiento poblacional entre 1991 y 2001 cae al 28,4%.
De todos modos, en el año 2001 sólo el 13,5% de la población de las ciudades sanluiceñas era nativa del lugar, mientras que el 57,2% había nacido en otra parte del país, el 4,7% era extranjero y el 24,6% restante provenía del interior de la Provincia. En ese mismo año, el 35,40 % de los migrantes era oriundo de Mendoza, el 20,26% de Buenos Aires, el 16,24% de Córdoba, el 10,04% de San Juan, el 2,55% de Santa Fe, y el 10,22% de otras provincias. Dentro de la población extranjera el mayor ingreso correspondía a la comunidad chilena, siguiendo en importancia numérica la peruana y la boliviana.
“La baja tasa de actividad del aglomerado podría explicarse por el efecto desaliento –o emigratorio- que habría operado sobre la fuerza de trabajo ante la imposibilidad –o insuficiencia- de contar con estrategias alternativas de empleo informal. Adicionalmente, el aumento del desempleo, considerado en conjunto con la retracción de la tasa de actividad, evidencia la destrucción neta de los puestos de trabajo.” (Olguín, Bussetti y Páez, 2005).
A esta situación, el gobierno provincial ha respondido con diversas formas de “inclusión social” que si bien consisten en la denominada “desocupación disfrazada”, mantienen contenida a gran parte de la población.[5] El empleo público desmedido y la inversión en diferentes servicios forman parte de este mecanismo.[6]


De las Grandes Ciudades a la Villa de Merlo

La población de la Villa de Merlo era de 2580 hab. en 1980, de 6079 en 1991, llegando a 11165 en 2001, según los respectivos censos nacionales. Es decir que en veinte años se cuadruplica. En la actualidad el crecimiento continúa en forma constante, estimándose para 2006, una población de aproximadamente 22000 habitantes.[7]
En base a la encuesta realizada por Monje, Becerra y Renaudo (2003), sólo el 25% es nativo de la Villa de Merlo, cerca del 10% ha nacido en otras localidades de la Provincia, el 37,5% vino de Buenos Aires, y el 27,5% restante proviene de otros lugares, particularmente de Mendoza, Córdoba y San Juan.
El stress que provocan las grandes ciudades, la inseguridad, la moda de la vuelta a lo rural, los planteos ecologistas y el microclima con mayor concentración de oxígeno constituyen algunos de los motivos por los cuales el crecimiento de la Villa de Merlo se ha tornado explosivo en los últimos diez años. Por otra parte, durante la etapa del denominado “corralito bancario”[8], un grupo de pobladores residentes en otras provincias, pertenecientes a las clases media y media alta de la sociedad, construyeron en la Villa de Merlo una gran cantidad de hoteles, confiterías y locales comerciales de todo tipo.[9]
Es así como la población asentada previamente (NyCs) [10]ve modificado su estilo de vida, su vida pueblerina, sus costumbres y en especial, la identidad lingüística de su descendencia.[11]
“En una primera aproximación al mercado de trabajo de la localidad, las principales tasas estarían mostrando guarismos levemente mejores que a escala nacional y particularmente provincial. (…) No obstante, el 11,5% de desocupación está indicando desequilibrios en el mercado laboral, posiblemente generado por la fuerte presión originada por los contingentes de “inmigrantes”, que la condición de villa turística no permite revertir.” (Monje, H.; Becerra, M. y Renaudo, J., 2003)
La Villa ha quedado fragmentada tanto socialmente como territorialmente, aun que esto no se manifiesta económicamente, ya que la explotación del turismo involucra a todos ya sea en forma directa o indirecta: “El turismo es para los merlinos el 87% la principal actividad económica y la consideran altamente positiva para el desarrollo de la localidad. Tal aseveración la fundamentan en cuestiones de carácter económico, ya que perciben que crea puestos de trabajo, facilitando la promoción de productos locales, generando nuevas actividades y propiciando mejoras en infraestructura. En menor medida refieren algunos perjuicios del incremento de la actividad turística tales como el aumento de la contaminación, la pérdida de tranquilidad, y la degradación de los lugares naturales y del patrimonio local.” (Becerra, M. y Monje, H., 2003).
Los NyCs se concentran en el viejo casco: “Los espacios identitarios son relacionales y densos en afectos, o sea, aquellos lugares de nuestro sentido de pertenencia y en los que anidan los recuerdos. Así parece ser la plaza, la vieja iglesia y los espacios escondidos en las sierras” (Monje, H.; Becerra, M. y Renaudo, J., 2003), mientras que los VyQs[12] prefieren la zona de expansión a ambos lados de la avenida del Sol y los lugares con mejores vistas hacia las sierras.


CONCLUSIONES

A partir de diferentes políticas implementadas a nivel nacional, San Luis pasa de ser una provincia predominantemente expulsora a tener una de las tasas de crecimiento más altas del país.
Sin embargo, a nivel territorial nos encontramos con la provincia de San Luis fragmentada económica, social y políticamente, con una real escasez de comunicaciones internas.
Es así como en la ciudad de San Luis, capital provincial, la mayor parte de la población está ocupada administrativamente y en servicios dependiente del nivel estatal. Esto hace que políticamente se constituya en el centro más oficialista.
La inmigración extra-continental que arribara en la primera etapa tuvo la posibilidad de crecer económica y socialmente, constituyendo como en el resto del país, el sector de la clase media. Más aún, algunos de ellos, han concentrado riquezas a través del comercio y/o de mecanismos políticos, siendo los actuales “Señores de la Provincia”.
Si bien la ciudad cuenta con gran cantidad de servicios, las falencias tanto en productos como de diferentes áreas de la salud, son cubiertas a partir del desplazamiento hacia el oeste, más concretamente, a la ciudad de Mendoza que funciona como el principal centro de la región cuyana.
En segundo lugar nos encontramos con Villa Mercedes, ciudad cuyo impacto industrial ha sido determinante, a pesar de la fuerte declinación actual de la actividad. Más por necesidad o conveniencia que por convicción, políticamente responde a las autoridades de turno.
En esta localidad la sociedad presenta una gran diversidad inmigratoria de origen más reciente, ligada tanto a habitantes de otras provincias, como limítrofes y del interior de la propia San Luis. La cantidad de comercios y servicios es mayor y más diversa que en la ciudad capital, y no se vislumbra un sector de alto rango, siendo social y económicamente más homogénea.
Las demandas no resueltas son cubiertas en el este, específicamente en la ciudad de Río Cuarto, en el sur cordobés.
En tercer lugar, la Villa de Merlo concentra su actividad productiva en el turismo, predominando población de clase media foránea, con iniciativas y recursos propios, se manifiesta como la oposición política al gobierno provincial.
La pérdida de identidad de los descendientes de los viejos pobladores y el aislamiento significativo con su ciudad capital, contribuyen a su cotidiana conexión con la ciudad de Villa Dolores, en la provincia de Córdoba.
Además de otras localizaciones concatenadas, la Universidad Nacional de San Luis, refleja fehacientemente la “división del trabajo intraprovincial”, a partir del lugar elegido para el dictado de sus diferentes carreras: -mientras que en la ciudad capital se cursan las Humanidades y las Ciencias Exactas, en Villa Mercedes se concentran las Ingenierías, y en la Villa de Merlo, el Turismo y la Gestión Hotelera.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Becerra, M. y Monje, H. (2003). Cómo crecer: el debate pendiente. Ponencia presentada en el 6to Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza.
Cardelús, J. y Pascual, Á. (1979). Movimientos Migratorios y Organización Social. Ediciones Península. Barcelona.
Donato, V. (2002). Políticas Públicas y Localización Industrial Argentina. Centro de Investigaciones de la Universitá di Bologna. Buenos Aires.
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Gejo, O. & Liberali, A. (2006). La Argentina como Geografía. Ciclos Económicos y Población (1530-1990). Buenos Aires: Centro de Estudios Alexander von Humboldt. Universidad Nacional de Mar del Plata. Unión Geográfica de América Latina. Red Latinoamericana de Estudios Geográficos de la UGI.
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Gobierno de la Provincia de San Luis (2007). Estadísticas varias. San Luis.
Liberali, A. (2003 - 2004). Trabajo de campo tomando información oral, escrita y fotográfica en la Villa de Merlo, San Luis Capital y Villa Merceces.
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Lobato, M. y Suriano, J. (2000). Nueva Historia Argentina. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.
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www.lahueya.com.ar
www.revistapersona.com.ar
www.sanluis.gov.ar


[1] La Ley de Promoción Industrial regía en La Rioja desde 1979, extendiéndose a San Juan en 1983. Cabe aclarar que una vez en marcha la instalación de industrias en San Luis, muchos empresarios radicados en La Rioja, levantaron sus plantas y las re-localizaron en San Luis.
[2] La teoría de localización industrial de Alfred Weber indica los beneficios de la cercanía al mercado.
[3] La ciudad de San Luis pasó de 70999 hab. en 1980 a 110136 en 1991, y a 161688 en 2001. Villa Mercedes contaba con 50992 hab. en 1980, 77077 en 1991, y con 96738 en 2001. Y Justo Daract, tenía una población de 6346 hab. en 1980, 8676 en 1991, y 9695.
[4] Un viejo poblador de Villa Mercedes, ante la pregunta de cuántos habitantes consideraba que tendría en ese momento la ciudad, afirmó: “¡Cómo dos millones! – el doble de la ciudad de Rosario para ese entonces.
[5] La tasa de desempleo para el segundo semestre de 2005 era de tan sólo el 1,2%, mientras en el total del país ascendía para ese período a 10,1%.
[6] La provincia cuenta con una desmedida cantidad de casinos, cyberlocales, remiserías, guardias urbanos y últimamente se ha instalado un centro de producción cinematográfico. Los planes de vivienda otorgados a quien tenga tan sólo dos años de residencia en la Provincia, constituyen también los denominados planes de inclusión social.
[7] Dato suministrado por la Dirección de Estadísticas de la Municipalidad de la Villa de Merlo. El cálculo se basa en los permisos de construcción, trámites de instalación de comercios, hotelería, contribuciones impositivas, inscripciones escolares, atención hospitalaria, etc.
[8] Durante la crisis de 2001 y meses sucesivos, la única forma de extraer dinero de las cuentas bancarias era a través de inversiones inmobiliarias.
[9] Un caso lo constituye un hotel de cuatro estrellas atendido por sus dueños. Dicho propietario, de profesión geólogo, pudo extraer los ahorros de toda su vida a partir de la construcción de marras.
[10] Nacidos y criados.
[11] “Nuestros niños hablan como porteños” – comentario habitual de los viejos pobladores.
[12] Venidos y quedados.

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