martes, 4 de diciembre de 2012

Pasajeros de Proa

PASAJEROS DE PROA

La Argentina cuenta como base de su poblamiento con un gran aporte inmigratorio que se centra, fundamentalmente en el origen europeo, aunque en la actualidad el aporte de los países limítrofes lo ha reemplazado definitivamente.
Si bien no ha habido períodos de cierre de inmigración, podemos hacer referencia a tres grandes etapas:
. La Gran Inmigración (fines del siglo XIX y principios del XX)
. La Segunda Inmigración (Segunda Guerra Mundial)
. La Inmigración Actual (Desde la Década del 70)

Los “Pasajeros de Proa” eran los inmigrantes que se diferenciaban así de los demás extranjeros que arribaban en los barcos con otros propósitos. La proa es el sector del barco que más se mueve durante el cabeceo, y por lo tanto, la tarifa era considerablemente menor.
Hoy en día, los inmigrantes no llegan en barcos, pero sí en la clase económica de aviones, en ómnibus con servicio común, en camiones o caminando, por lo cual considero igualmente oportuno tomar como símbolo al pasajero de proa.

En este libro analizaremos los procesos migratorios de Argentina a nivel provincial considerando a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como un distrito equivalente, para dedicarnos especialmente al impacto que estos pobladores han tenido y tienen sobre el lugar de destino.
La Argentina es uno de los países más cosmopolitas del mundo, y a diferencia de muchos otros, la mayor parte de los inmigrantes se han integrado a la sociedad y han contribuido de manera decisiva en la creación de una cultura propia.
Tanto las construcciones, las comidas, el lenguaje, la música, la vestimenta y las costumbres en general, son el claro reflejo de una transculturación que tiene más raíces europeas que latinoamericanas. Bien se ha dicho que un argentino es un italiano que habla en español, se comporta como un francés y quisiera ser inglés.
Si bien este fenómeno es extensivo a todo el país, Buenos Aires por ser ciudad puerto y contar con el principal aeropuerto internacional, recibe el mayor ingreso de inmigrantes y esa misma razón la hace muy tolerante a los cambios. Por eso el porteño es muy particular dentro del espectro nacional y tiene sus propios códigos, incompresibles para muchos habitantes del interior de la Argentina, pero no tanto para cualquier otro habitante de grandes ciudades del mundo como Roma, París, Barcelona o New York. Y también por eso la mayoría de los porteños se identifica mucho más con cualquier extranjero de Europa o EEUU que con sus propios compatriotas.
La ciudad de Buenos Aires ha sido también el destino de gran parte de la inmigración interna, que respondió a un fuerte proceso de urbanización en la etapa de industrialización, lo que coincidió con el período de la Segunda Inmigración. Es en esta etapa en que comienzan a arribar indígenas o sus descendientes, quienes son llamados despectivamente “cabecitas negras”. Es más, los propios nativos y sus descendientes también se creen europeos.
En la actualidad, son los argentinos quienes se van hacia Europa o los EEUU, mientras que quienes arriban a nuestro país, son los inmigrantes limítrofes, o de otros países latinoamericanos. Y es ahora cuando, a pesar del origen de la mayoría, hay manifestaciones de xenofobia con el que acaba de llegar.

Por ser nieta de italianos que se asentaron en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires durante la etapa de la Gran Inmigración, e hija de quienes nacieron en Ingeniero White y vinieron a la Capital en busca de mejores condiciones de trabajo a mitad del siglo XX, este tema me ha apasionado desde siempre, además de preguntarme el porqué de los comportamientos de mi familia, vecinos y amigos.
Si bien esto me generaba una asignatura pendiente, por venir estudiando el tema desde tiempo atrás, hoy me decido a escribir, para ayudar a tomar conciencia de quiénes somos, de dónde venimos, y cómo les tocó vivir a nuestros antepasados la dura situación de ser inmigrante. Piénsese que el mayor castigo en la Antigua Grecia era el destierro.
Quizá pueda contribuir a comprender al otro, y a evitar el rechazo por quienes se han visto obligados a dejar la tierra que los vio nacer.

 
 

Ana María Liberali

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